miércoles, 20 de abril de 2011

Sailor Moon y Los Star Warriors; Capítulo 5.02

Aviso importante: La repentina frecuencia en la publicación de los subcapítulos de este Fic, era para darle más agilidad, y terminar de subirla pronto, por quienes la han seguido en el foro de “Pretty Sailor Dream”. Pero debido al inesperado cierre de este foro, y mientras que se vuelve a abrir (Los detalles los verán en el siguiente Post), volveré a publicar solamente los Sábados, salvo que quienes sigan este blog dejaran algún comentario pidiendo lo contrario. De antemano, muchas gracias por su atención.
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Sailor Moon
y
Los Star Warriors
Los Star Warriors Evolution, Episodio Especial.
Capítulo 5.- La fiesta de Disfraces.
SC-02: Limusinas y Reporteros.
Luis le dijo a Mamá Ikuko que no tenían que preocuparse, pues él ya se había hecho cargo del transporte a las escuelas y que podían disponer de unos minutos más. Entonces Mamá Ikuko los dejó solos, yéndose más tranquila. Ya todos más relajados, subieron a sus habitaciones por sus cosas para la escuela
Cuando se encontraron de nuevo en la puerta de la casa, Serena se acercó a Luis y muy preocupada le preguntó cómo sería el transporte, recordando su mala experiencia con la teletransportación. Entonces Luis abrió la puerta, y pudieron ver que al final del pasillo del jardín los esperaba una maravillosa limusina negra, con un chofer y otros cuatro empleados (aparentemente de seguridad), que vestían trajes negros, lentes obscuros y dispositivos de comunicación. Maravillados, todos subieron al vehículo, y Serena le preguntó a Luis el por qué de este cambio de transporte. Él le respondió que los eventos del día anterior se habían salido de su cauce, y que por ahora necesitaban un poco de seguridad. En cuanto la limusina se puso en marcha Rinny y Sammy advirtieron que rápidamente fueron escoltados por otros cuatro vehículos negros, llenos también de agentes de seguridad.
Una vez en marcha, Luis tomó el teléfono de la limusina y se comunicó con un tal Doctor Gardner. Lo primero que hizo fue cancelar los estudios para Rinny (Aparentemente sí pensaba seguirla investigando), diciendo que Alannan y Jennifer se harían cargo de ese asunto, y después le pidió como medida ultra urgente que se presentara en Tokio, en el hospital principal para iniciar un tratamiento especial con Setzuna Meiou. La sorpresa de Rinny y Serena no terminaría al escuchar que Luis tomaba esta decisión, sino que además escucharon cómo le iba transmitiendo todos los detalles del expediente médico de Setzuna al doctor. Afirmó un par de veces más y al finalizar la llamada parecía más que satisfecho, y le anunció a sus amigas que ya no tendrían de qué preocuparse. Les aseguró que sin duda el doctor Gardner le daría algo más que simplemente una semana a Setzuna.
La Limusina hizo su primera parada sin problemas, y Rinny y Sammy bajaron en la secundaria. Entonces dos de los guardias de seguridad se bajaron a acompañarlos, siguiendo las indicaciones de Luis, quien ordenó se asegurasen de que no tuvieran problemas durante la escuela y recordaran llevar a Rinny a tiempo para el taller de las Estrellas de Fuego.
Después de eso continuaron con su camino en la limusina, y cuando llegaron a la preparatoria Serena no lo podía creer. La entrada a la escuela estaba atestada de periodistas, reporteros, camarógrafos, fotógrafos, paparatzis y demás medios de comunicación. Ella se quiso asomar por la ventana, y distinguió que en la entrada principal de la escuela se hallaban formadas otras 5 limusinas, y por toda la acera de enfrente había varios vehículos de seguridad. También vio cerca de unos 50 ó 60 hombres de seguridad que formaban un cerco y que abrían un paso libre entre los periodistas para poder entrar a la escuela. Sin perder tiempo, de la primera limusina bajaron Karla, Kisaír, Ralph y Ana; de la segunda limusina bajaron Laisha, Beto, Adrián, Richie y Rei; de la tercera salieron Eni, Alannan y Lita; de la cuarta bajaron Amy, Linda y Ruy; de la quinta bajaron Alejandra, Anthony y Mina. Antes de bajar de la limusina, Luis le entregó a Serena unos lentes obscuros, mientras él mismo se ponía otros, y Jennifer hacía obscurecer los suyos presionando un botón en un costado de ellos. Serena no tuvo que preguntar el por qué de ese comportamiento, pues en cuanto bajaron de la limusina cayeron sobre ellos tantos Flashes y reflectores, que por un segundo (y a pesar de los lentes obscuros) Serena creyó estar viendo de frente el destello que Luis había hecho aparecer el día anterior.
Velozmente, los tres trataron de correr por el pasillo que habían despejado los guardias. Los periodistas, al reconocer a Luis y a Jennifer comenzaron a llamarlos a gritos, mientras que la lluvia de flashes se hacía más intensa. ¿Cómo? ¡Quién sabe! Pero una reportera con su fotógrafo lograron eludir el cerco de seguridad y juntos corrieron por el pasillo para encontrarse de frente con los tres amigos, mientras llamaba la atención de Luis gritando su apellido. Sorpresivamente, uno de los guardias de seguridad saltó sobre ambos reporteros, derribando de un golpe al fotógrafo y amagando a la reportera. Aún más veloz que el guardia, Luis saltó sobre él y le aplicó una llave que lo obligó a soltar a la mujer.
— ¡Creo que a todos les he dicho muy claro, que una cosa es protegernos, y otra muy diferente es agredir a las personas! —Le reclamó Luis al guardia, sin que los flashes cesaran.
—Lo siento, señor, —se disculpó, —pero habían librado el cerco de seguridad.
— ¡Yo no necesito tus disculpas! —Objetó Luis, para luego dirigirse a la reportera. —Lo siento mucho señorita, pero por ahora no puedo atenderla, por eso dispuse de este dispositivo de seguridad. Si me permite, una vez que mi empleado se haya disculpado con usted y su compañero, él la acompañará con el resto de sus colegas. Después podré dirigirles unas palabras.
El guardia obedeció inmediatamente la orden indirecta de Luis. Él, por su parte, mandó llamar a uno de los guardias que lo acompañaban en la limusina para que le diera asistencia médica al fotógrafo. Cuando los tres jóvenes lograron llegar al umbral de la escuela y que los guardias redujeron el cerco, Luis y Jennifer, acompañados por Linda, Laisha y Eni, se dirigieron a los reporteros. Serena pudo oír, pese al alboroto, algunas de las preguntas que saltaban al aire:
¡Señor Goldstar! ¿Cuál es su relación con los Star Warriors? ¿Qué nos puede decir acerca de ellos? ¿Es cierto que los Time Warriors fundaron la academia Estrellas de Fuego? ¿Usted puede confirmar la verdadera existencia de Dicha academia? ¿Qué están haciendo aquí los Star Warriors? ¿Quién es el enemigo? ¿Qué es lo que busca? ¿Usted y sus compañeros podrían luchar solos contra el enemigo?
—Muy apreciables Damas y Caballeros, —Anunció Luis, —lamento mucho tener que decirles que no puedo responder a esas preguntas, ya que algunas aluden a asuntos ultra confidenciales de las Industrias Goldstar. Otras de ellas no son sobre asuntos propios de las industrias, sino más bien de los mismos Star Warriors. Yo creo que tendrían que preguntarles directamente a ellos. En cuanto a nuestras vidas privadas o nuestras relaciones personales… Yo creo que lo que tengo que decir ya está todo publicado, y no hay nada nuevo, excepto que hoy en la mañana me descubrí una nueva espinilla en el hombro. —Las risas provocadas por ese comentario mejoraron mucho los ánimos. —Si alguno de ustedes aún tiene dudas, esta mañana he hecho algunas llamadas a mi país, pidiendo a todos los diarios, revistas y editoriales que tengan material o información sobre mí, mi familia o mis amigos, que se las faciliten a cuantos de ustedes lo soliciten. —Concluyendo así, Luis hizo una reverencia y se dio la media vuelta, seguido por sus hermanas y su novia, que lo acompañaban.
— ¡Señor Goldstar! ¡Solo una última pregunta! —Luis reconoció la voz de la reportera que fue agredida por su guardia de seguridad, así que se volteó, más como un compromiso moral, que por ganas. — ¿Es cierto que las industrias Goldstar pagaron una fuerte cantidad por la reintegración del famoso grupo musical, los Three Lights?
Luis la miró inquisitivo, y luego le respondió.
—Por ahora esa también es información confidencial. Pero déjeme su tarjeta con uno de mis guardias, y me aseguraré de que cuando la noticia sea pública, usted tenga la exclusiva.
Dada esta respuesta, los Guardias despejaron a todos los periodistas, mientras que todos, chicos y chicas se pudieron apresurar a entrar a sus salones de clases, no sin que Serena y sus amigas se sintieran extrañadas por la pregunta de aquella reportera. ¡No tenía lógica! Los Three Lights, o mejor dicho, las Star Lights, estaban ahora muy lejos, en otro planeta. No existía ninguna posibilidad, aunque los Goldstar tuvieran todo el dinero del mundo, no era posible que los hubieran traído de vuelta.


Continuará…

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En el Siguiente sub-capítulo:
El director de la escuela ha hecho el anuncio sobre el Baile de Disfraces, y la presentación de un grupo muy especial y exclusivo. Por otro lado, Luis muestra un cambio sobresaliente en su comportamiento, pues parece más hiperactivo que de costumbre. Sus amigos están preocupados, e intentan hablar con él, pero él se resiste y escapa durante el taller de las Estrellas de Fuego. Sin embargo, un anuncio amarillista en internet, sobre Sailor Moon y Time One, hará que tanto Luis como Serena se muestren muy indignados.

SM&SW-5.03: La página de Internet.

¡Vaya! Dos nuevos integrantes al taller de las Estrellas de Fuego… ¡Ya se habían tardado!

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