miércoles, 18 de mayo de 2011

Un poquito de Tierra para el mundo

Ah, ¡Que frustración! No sé si te haya ocurrido alguna vez, que estás comiendo una galleta, un pan o algo por el estilo, y tras un par de mordidas lo dejas encima de… ¿? ¿Quién sabe? El caso es que no puedes recordar si efectivamente te acabaste… vamos a decir, la galleta… o en todo caso, si no la terminaste, ¿En dónde la dejaste? Y esa sensación de que no te la terminaste, y aún te quedaban un par de mordidas que darle, te acompaña y te mortifica durante un muy buen rato, hasta que: A) Finalmente encuentras la galleta y puedes terminar de comértela. ¡Sería un final feliz! Aunque también está la opción B) tanta es tu angustia que finalmente acabas olvidando la pobre galleta. Si tienes suerte, la encontrarás y recordarás en un par de horas, tal vez días, lo que irremediablemente nos regresará a la opción “A”, pasando por alto el largo periodo de angustia y olvido. Y la parte triste de la historia es, que después de este periodo de angustia y olvido… ¡No eres tú quien encuentra la galleta! Es algún gandaya, llámese hermanito(a), primo, mamá, papá, vecino, metiche, ¡hasta el gato puede ser culpable! Afortunadamente, como ya habías olvidado a la desdichada galleta, esta lamentable pérdida no te causa ningún dolor, por lo que le podemos quitar la palabra “triste” a la expresión anterior.
Pobres galletas, panes, dulces, bolsas de papas, botellas de refresco y demás golosinas, desaparecidas en acción, en pleno cumplimiento de su deber. Ya que me ha dado por hacer homenajes a las grandes desapariciones, aprovecharé esta oportunidad para homenajear a todas esas víctimas del olvido; a todas aquellas que se cubren de polvo en la repisa de un librero; que son víctimas de hormigas en la mesita de la cocina, atrás de la licuadora; a todas las que se llenan de hongos y moho en el escritorio de la computadora, por un ladito del monitor; a las que se humedecen, ablandan, endurecen, o derriten, al quedar expuestas al sol en el marco de la ventana del cuarto o en el tablero del automóvil; a las víctimas de gandayas y avorazados que toman sin preguntar y valiéndoles que ya esté mordida o chupada; Finalmente, a todas las golosinas que han pasado por situaciones similares, cuya variedad me imposibilita el mencionarlas y detallarlas debidamente. Que este post sirva para recordarle a quien lo lea:
“No lo dejes allí, mejor cómetelo”
Ahora, ¿Por qué estoy hablando de galletas perdidas? Pues es que hoy es miércoles, y ya había agarrado la costumbre de publicar los miércoles el correspondiente sub-capítulo de mi fic (Mi cuento pa’ que mejor me entiendan). Pero como sigo esperando el resurgimiento de PSD y me prometí no publicarlo tan frecuentemente hasta que esto ocurra… pues me quedé con la sensación… igual que con la galleta perdida, de que algo me faltaba hacer hoy.
Entonces se fueron dando las cosas… y durante estas semanas he estado leyendo algunos otros blogs, que me dieron un muy buen material para pensar.
Ya se me había ocurrido antes, que si no iba a publicar “Sailor Moon y Los Star Warriors” que podría publicar algo diferente, alguno otro de mis cuentos o escritos. Pero como sí estoy viendo en mi futuro un tramo de camino marcado por “letras”, me he mortificado al pensar que puedo comprometer alguna de mis historias para la cual podría tener un mejor destino. Puede sonar absurdo, pero así es, y así soy. De hecho, ya me siento mortificado y me han criticado por haber expuesto tan pronto a “Los Star Warriors”. Pero bueno, esto es tema aparte.
El caso es, que mi viaje a través de los blogs vecinos (Otros lugares cercanos al Planeta Alhar) me recordó el primer blog que intenté abrir hace ya un par de años, en los desaparecidos “Myspace” de MSN. Se llamaba “Más allá del Planeta Alhar”, y originalmente pretendía ser una ventana de Crítica Social, con un toque personal, muy al estilo del “Príncipe Lagr” (O sea yo). Por esos días, acababa yo de leer “El misterio de Gaia” de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, el cual tenía un estilo muy particular de contar la realidad “Disfrazada” de ficción, dándole un toque muy interesante y llamativo. (A quién no lo ha leído, se lo recomiendo). Así que esa era la idea original al crear aquel blog, hablar de la realidad, con un poquito de la magia del planeta Alhar.
Desafortunadamente no fui constante en este proyecto y lo más que llegué a hacer, fue subir por primera vez el primer capítulo del Fic que ahora publico aquí.
Pero bueno, regresando al tema de mi galleta perdida. Eso fue lo que se me ocurrió, retomar la idea de la “Crítica social” y echarle un poquito de tierra al mundo. Aunque no se crean. Le pienso mucho. Creo que para poder criticar, hay que estar muy bien parado. Vienen a mí dos frases muy acordes para reflexionar al respecto, la primera es de la biblia, cuando Jesús dice: “Que aquel que esté libre de pecado tire la primera piedra” (Jn 8,7). La otra, desconozco si tiene alguna fuente mayor, pero nos la dijo mi maestra de español, en primero de secundaria, y decía: “Cuando señalas a alguien, observa que tres dedos de tu misma mano, apuntan de regreso hacia ti”
Así que se me hace fundamental ponerme un par de reglas en cuanto a las críticas, para poderlo hacer correctamente:
1.- No Criticar a los que cojean del mismo pie que yo. Si yo cojeo del mismo pie no tengo fundamentos para criticar. Remitiéndome una vez más a la Biblia: “Saca primero la viga de tu ojo y entonces verás cómo has de sacar la mota del ojo de tu hermano” (Mt. 7,5). Para evitar caer en este error deberé limitarme a no criticar, sino simplemente comentar.
2.- Conocer el tema. No puedo hablar de lo que no conozco, así es que antes de hablar de cualquier tema deberé estar bien informado de lo que se trata. Cuando no tenga la información necesaria podremos entonces hacer hipótesis, y plantearlas como tales, o como propuestas filosóficas, o algo por el estilo.
3.- La Crítica sin propuesta es vana. Siendo que yo mismo he sido víctima de críticas que se hacían (desde mi perspectiva) con el puro afán de criticar, no voy a hacer lo mismo que tanto me desagradó. Entonces, si voy a criticar algo deberé adjuntar una propuesta (cuando la crítica no sea positiva), o algún elogio o felicitación (cuando la crítica sea positiva). Nuevamente, si no puedo proponer algo, mejor será omitir la crítica, o reducirla a un simple comentario.
4.- Sensibilidad ante todo. No soy monedita de oro, no tengo que caerle bien o gustarle a todos. Pero eso no es pretexto para lanzar comentarios y críticas a diestra y siniestra sin considerar las susceptibilidades que se pueden afectar. Ya consideré alguna vez ser el malo de la historia y no me gustó, y tal vez no puedo ser el héroe, pero hasta los héroes se equivocan. Por eso procuraré evitar temas fuertes o controversiales como la religión, política, futbol, preferencias sexuales, eutanasia, etc. y si la situación me llevara a tocarlos, procuraría hacerlo de la manera más neutral que me sea posible
Viendo que en mis reglas surgió mucho la idea del “comentario”, recordé que recientemente vi la película de “Marley y Yo”, bueno, fue solo una parte, pues presiento que no tiene un final feliz, así que no la terminé de ver. El caso es que esa película me inspiró. Independientemente de que mi perro labrador también se llame Marley, yo no sabía lo que era una columna periodística, nunca he leído una y me imaginaba que se trataba de algo aburrido y tedioso, que solo hablaban de política y temas controversiales y que eran escritas por engreídos que se sentían por encima de las 4 reglas que acabo de proponer. Pero en la película lo plantean de una forma muy agradable, que como ya dije, me inspiró. Me gustó, pues por si alguien no lo había notado, me gusta escribir, y la película me hizo ver el periodismo como una opción de futuro muy alcanzable y un medio de expresión muy apropiado.
Así pues, resumiendo, dado que mi nuevo proyecto converge entre la crítica social, un comentario oportuno, una ventana al mundo visto desde la perspectiva del Planeta Alhar y un poquito de experiencias, Un Lugar Cercano al Planeta Alhar podría convertirse, de ahora en adelante, en una especie de Diario o anecdotario, en el cual podré realizar todos estos proyectos, y exponer todas esas teorías alocadas que asechan a mi mente ocasionalmente. El nombre que se me ocurrió para este nuevo giro del blog es “Un poquito de Tierra para el mundo”, y bajo esta etiqueta se podrán encontrar los artículos que vallan relacionados con el proyecto, que ojalá y perdure por un buen rato.
Entonces, por hoy solo resta agradecer a todos los que leen este blog, y, deseando que este nuevo proyecto les sea agradable, invitarlos a esperar estos nuevos Post, que seguramente darán de qué hablar.


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